sábado, 18 de marzo de 2017

Estilos de Liderazgo


       Este espacio lo hemos dedicado a expresar algunas ideas sobre el “Liderazgo”, producto de nuestra formación en la Maestría Gerencia Educacional de la Universidad de Yacambú, Barquisimeto, estado Lara, Venezuela. Experiencia por demás enriquecedora y maravillosa que nos permite cada día aprender un poco más, crecer como personas, y estar en contacto con compañeros, docentes con una elevada formación, y por sobre todo con muchas ganas de enseñar y aprender.
En esta oportunidad les traemos algunas ideas sobre los “Estilos de Liderazgo”.

        Traemos en consideración a Chiavenato (2001) quien expresa que el liderazgo es necesario en cualquier organización humana. De hecho, se hace urgente e imprescindible en todas las funciones de la administración (planeación, organización, dirección y control.

Sin embargo, Chiavenato afirma que no debe confundirse liderazgo con dirección. Para este autor “(…) un buen dirigente debe ser un buen líder, pero no siempre un líder es un buen dirigente” (p. 314).  

Sobre este particular, desde nuestra experiencia, podemos ejemplificar cómo en algunas de nuestras instituciones educativas surgen graves problemas entre directivos, cuerpo docente, administrativos y obreros. En algunas oportunidades hay ausencia de liderazgo para encaminar,  conducir a las personas y lograr los objetivos establecidos. En cierta manera, acordamos que muchas personas que ejecutan cargos directivos, realmente no ejercen influencia sobre el personal a su cargo. Uno de los elementos esenciales que indica Chiavenato para lograr un liderazgo efectivo es la buena comunicación. A veces, la comunicación se encuentra debilitada y no produce los efectos esperados.


Debemos recordar que un buen líder debe tener unas cualidades especiales. En este sentido les traemos una imagen, que recoge algunas identificadas por Tenutto (2005).




Todo líder debe poseer unas cualidades, pero también tiene un comportamiento, lo cual refiere a lo que el líder hace, eso es lo que conforma el “Estilo de liderazgo” según dice Chiavenato. En ese aspecto, el autor establece algunos estilos que se pueden observar en la imagen siguiente:



De acuerdo a Chiavenato, los estilos de liderazgo pueden ser:

  •   Liderazgo Autoritario: el líder es duro e impositivo.
  • Liderazgo Liberal: el líder deja que todos hagan su voluntad.
  •  Liderazgo Democrático: el líder es activo, consultivo y orientador.


Para Chiavenato, el estilo democrático se basa en la comunicación, estimula la participación de los empleados, es una persona justa, se preocupa por los problemas laborales y por los de las personas de su organización.
Es justo este liderazgo el que debería prevalecer en nuestras instituciones escolares.

Esperamos que esta contribución les sirva!

Beatriz, Leida y María.

Referencias:

Chiavenato, I. (2001). Administración. Teoría, Proceso y Práctica. Bogotá, Colombia: McGrawHill.
Tenutto, M.  (2005). El líder educativo. Colombia: Printer Colombiana.

martes, 14 de marzo de 2017

Liderazgo, Poder y Autoridad.


















Liderazgo, Autoridad y Poder



 Autoras:

Román, María N.

romanmarianat@gmail.com

 Serna, Beatriz E.

beatrizelena4@gmail.com

 Velásquez V., Leida E.

Leidaesther23@gmail.com

Universidad Yacambú

Marzo de 2017



            
       El ejercicio del liderazgo directivo se fundamenta en lo que Stoner (1994) concebía como el reconocimiento de la “legitimidad” de los intentos para ejercer la influencia. Los individuos que tratan de ejercer una influencia dentro de la organización, y por ende a las otras personas, se les reconoce el derecho a hacerlo, pero dentro de los límites establecidos. Esa prerrogativa, es un derecho casi ganado, que nace derivado de la posición formal que ocupa el individuo dentro de su organización. A la luz de estas ideas, liderazgo y autoridad no son excluyentes, puesto que quien cumpla una función directiva, a la vez tiene una posición de jerarquía en la institución, y por lo tanto, posee el derecho de ejercer su autoridad legítimamente. 


            De igual manera, por la posición dentro de la empresa surge el concepto “Poder”. Castillo (2006), haciendo una recopilación enciclopédica, indica que el poder presenta las siguientes definiciones:

  •    Estar capacitado, reunir las condiciones, para hacer lo que se expresa.

  •     Facultad para hacer algo.

  •     Dominio o influencia que uno tiene sobre alguna cosa.

  •     Posesión actual o tenencia de una cosa.

  •     Fuerza, capacidad, eficacia.

  •     Capacidad de provocar ciertos efectos.

  •     Autorización para hacer algo dada por una autoridad competente para darla.


 El autor indica que el poder organizacional es la capacidad que posee el individuo para influir en las otras personas y en los sucesos. En este sentido, afirma que la base del líder: es el Poder. Y justamente, el poder es la condición que tienen los líderes para desarrollar su influencia en los demás.

Sin embargo, el autor expresa que el poder es diferente a la autoridad, ambos conceptos no pueden confundirse. La autoridad se delega por medio de la gerencia de niveles superiores. Por su parte, el poder se gana, y lo logran los líderes en virtud de sus respectivas personalidades, actividades y situaciones en las que operan.

De acuerdo a Pineda (2015) el liderazgo es urgente y necesario para la búsqueda del triunfo y el éxito. Este autor afirma que todo liderazgo parte de las potencialidades y cualidades propias del ser, pero también debe desarrollarse dentro de una estructura organizativa. Todo líder debe partir del conocimiento de sí mismo, de su potencialidad y sus virtudes; pero también de sus debilidades y sus carencias. 


Aclaremos un poco lo relativo a la autoridad. De acuerdo a Castillo (2006), estos son los más importantes tipos de autoridad:

  1. Autoridad Legítima: Cuando la aceptan los subalternos que serán afectados por las decisiones.
  2. Autoridad Oficial: Es la que adquiere al tomar un puesto que goza de autoridad en sí mismo.
  3. Autoridad Formal: Aquella que es oficial y legítima, pues además de tener una posición en la estructura jerárquica, es aceptada por quienes se ven afectados por las decisiones.
  4. Autoridad Informal: La que surge cuando se niega la autoridad o jerarquía oficial, pero los miembros de la organización asumen las normas del grupo informal como las aceptadas.

            
     Vale destacar que esta puede y debe delegarse, al promover la participación de un miembro o equipo como responsable de determinadas tareas. En otras palabras, delegar autoridad a otros, ayudará a empoderarlos, y a que se sientan protagonistas de los logros.

En referencia al autor antes mencionado, la delegación de autoridad puede ser centralizada, si concentra la autoridad en los niveles gerenciales, bajo un control estricto; o descentralizada, si se hace a los diferentes niveles de la organización, en búsqueda de mayor participación.

Otro aspecto interesante, es que la autoridad no se impone, se gana con el buen desempeño, demostración de capacidades y solvencia moral. La práctica de valores es la base de autoridad del líder para lo toma de decisiones y actuaciones. Además, el principio de autoridad compartida, hace más eficiente la gestión del talento humano.





Referencias



Castillo, A. (2006). El Poder. Taller de Liderazgo. Universidad de Salamanca. Disponible: http://www.monografias.com/trabajos35/el-poder/el-poder.shtml  [Consulta: 2017, Marzo 12].

Pineda, J. C. (2015). Líderes y liderazgo. Siempre el líder será el punto focal de la actividad de un grupo. El Universal. Artículo en Prensa. Disponible: http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/lideres-liderazgo_20573


El Liderazgo como Función Directiva



El Liderazgo como Función Directiva


Autoras:
Román, María N.
romanmarianat@gmail.com
Serna, Beatriz E.
beatrizelena4@gmail.com
Velásquez V., Leida E.
Leidaesther23@gmail.com
Universidad Yacambú
Marzo de 2017



            Hablar de liderazgo en los centros educativos es indispensable, pues representa un factor determinante para su eficacia. En otras palabras, la calidad de los procesos y sus resultados, está condicionado a cómo se ejerce la función directiva.

            Alguien responsable de una buena gestión institucional, necesariamente debe ser un excelente líder, que asuma con compromiso el reto de un trabajo colectivo, bajo interacciones de confianza y apertura con el colectivo. Es quien toma decisiones y acciones para unificar esfuerzos en pro de alcanzar las metas, y alcanzar la misión de la organización educativa. Realmente no es tarea fácil, satisfacer infinitas necesidades de un entorno cambiante y adverso, mientras se guía a un grupo de personas con demandas, valores, tradiciones, creencias; hábitos, necesidades, normas, actitudes y conductas diferentes; requiere de un líder comprometido con el mejoramiento continuo de su persona y de los otros.

            Recientemente, hemos leído una analogía muy interesante, usada por Anderson (2010) y vale la pena compartirla… En la química, cuando se habla de un catalizador, se trata de un ingrediente clave que hace que los otros elementos del sistema se combinen, produciendo efectos que no son posibles sin su presencia. Similar situación ocurre con la influencia de un buen líder. Su presencia es crítica no solamente para iniciar y estimular un cambio en el sistema, sino también para sostener el cambio y sus efectos sobre el comportamiento y resultados del mismo.

            Es un modo de representar la influencia del liderazgo directivo en el éxito y mejoramiento institucional. Por lo tanto, vale la pena destacar aspectos que de acuerdo al autor antes mencionado, debe cubrir el líder de un centro educativo: 

  •     Identificar  y articular una visión ético - moral, así como los valores, creencias, y conductas ideales que deben valorizar.
  •     Fomentar la planificación orientada a metas que les acerquen a la visión y misión.
  •    Crear altas expectativas e implementar procesos de monitoreo y reflexión colectiva. 
  •     Potenciar capacidades y habilidades del personal.
  •     Mejorar continuamente las condiciones de trabajo. 
  •     Ser ejemplo, un modelo en actitud y comportamiento.
  •     Reflejar confianza y disposición para tomar riesgos.
  •     Reconocer esfuerzos y motivar a cada individuo o grupo.
  •    Rediseñar la organización para establecer condiciones de trabajo que le permitan al personal el mayor desarrollo de sus motivaciones y capacidades.     
  •   Fortalecer las relaciones con la familia y la comunidad, aprovechando el apoyo de agentes externos.
  •   Promover actividades colaborativas, cultivando el respeto y confianza mutuos.
  •   Monitorear y analizar los resultados, la toma de decisiones y solución de problemas.
  •   Coordinar adecuadamente los distintos procesos y prácticas de gestión, evaluándolas e incorporando mejoras.

            En sentido general, el líder debe mostrar la capacidad de influir y convertir las oportunidades  que el contexto le brinda, para que se favorezcan al talento humano que está bajo su dirección. Involucra ser una persona carismática y emprendedora, que aprende permanentemente, planifica, ejecuta y reflexiona críticamente sobre sus acciones y su efecto en el colectivo. En pocas palabras, ser asertivo al direccionar toda la organización hacia sus metas y el propósito de mejorar la calidad educativa.



Referencias

Anderson, S. (2010). Liderazgo directivo: Claves para una mejor escuela. Perspectivas. [En línea]. Disponible: http://www.scielo.cl/pdf/psicop/v9n2/art03.pdf[Consulta: 2017, Marzo 13].